Antonio Robledo Porretas, un
retratista afincado en Berlín, está creando mucha polémica en Alemania después
de haber desvelado en una entrevista el método que emplea en la realización de
sus retratos. Robledo es incapaz de trabajar si la persona que está posando se
mueve, aunque sea mínimamente:
“La gente habla de mi etapa de juventud como de la etapa abstracta. Pues no,
señores, yo no hacía abstracto. Lo que pasa es que trabajaba con modelos
normales y corrientes, y mi ojo, muy sensible al movimiento, es incapaz de
convertir en estático algo que se está moviendo”.
Hace ocho años, un amigo del retratista se ofreció a alquilarle a su abuela, en
estado vegetativo desde los sesenta años, para que la empleara como modelo.
Robledo quedó impresionado con aquella mujer, que no se movía ni un milímetro a
no ser que alguien soplara con fuerza muy cerca de su cabeza.
“Aquella anciana era perfecta para mí, pero no podía basar todos mis retratos en
ella. La gente iba a pensar cosas raras. Además, su alquiler era más caro que el
de mi propio estudio. De modo que empecé a buscar a gente parecida. Me daba
igual la edad o el aspecto del modelo. Mientras estuviera inconsciente, me
conformaba con cualquier cosa”.
Portrait 87
Robledo asegura que dispone de
una lista de espera de más de veinte personas que desean alquilar a sus
familiares o allegados para conseguir dinero. El retratista afirma que es algo
plenamente lícito: cuidar de personas que no se valen por sí mismas genera
gastos que hay que cubrir. Esta tesis, evidentemente, no es compartida por
todos, pero lo que realmente ha causado escándalo es una pequeña insinuación del
artista casi al final de la entrevista:
- En sus últimos retratos aparecen niños y también personas con los ojos en
blanco, incluso algunos de ellos muestran heridas y cicatrices.
Sí, me estoy decantando por un arte más brutal, más impactante. Pero no es el
impacto por el impacto. Para esto ya tenemos a la televisión. Yo intento plasmar
la fragilidad de las personas, lo que tenemos de materia caduca.
- Supongo que estas heridas las añade usted, quiero decir...
Yo no añado nada, yo plasmo lo que veo. Ya sé qué es lo que me está
preguntando. Y es una pregunta que no se preocupa por mi arte sino por lo
meramente circunstancial. Pero sí, si le interesa saberlo, la gente está
dispuesta a todo, créame. Incluso a inyectarse sustancias paralizantes. Esto no
sé si es legal o no. Pero bueno, yo no apunto a nadie con una pistola ni nada.
Muchos llegan ya muertos. Yo compro, ellos venden. Las leyes del mercado, ya
sabe. ¿Es que aquí nadie ha visto "Mar adentro"?